¿Como salgo de la Friendzone?

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¿Es posible salir de la Friendzone? (según la ciencia)




Credenciales de contenido: Generado con IA ∙ 13 de septiembre de 2024


La ciencia es un método que ha permitido a la humanidad resolver innumerables problemas, desde los más triviales hasta los más trascendentales. Es gracias a la ciencia que, convertida en técnica, hoy podemos hacer en 12 horas un viaje que le tomó tres meses a Cristóbal Colón y sus carabelas. La misma ciencia nos permite calentar alimentos usando un tipo de luz (microondas) y ha logrado alargar nuestra esperanza de vida de 30 a cerca de 80 años.

Ahora bien, ¿puede esa misma ciencia ayudarnos a enfrentar el problema cotidiano del "seamos solo amigos"? Para responder a esta pregunta, intentemos aplicar algunos de los principios científicos. La ciencia es, en esencia, un método de pensamiento lógico que consiste en tomar un fragmento de la realidad, descomponerlo en sus componentes más básicos y, a partir de ahí, extraer conocimientos aplicables. Así que empecemos por lo básico.

¿Qué es la Friendzone?

La palabra "friendzone" es un anglicismo, una contracción de las palabras "friend" (amigo) y "zone" (zona), que se utiliza para describir una situación en la que dos personas mantienen una relación interpersonal, pero con motivaciones diferentes. Mientras que una de estas personas tiene un interés romántico (y sexual) en la otra, esta última solo siente interés de amistad (si es que actúa de buena fe). Evidentemente, los cerebros de ambos perciben a la otra parte de manera distinta y reaccionan de formas diferentes.

Se trata, por lo tanto, de una relación asimétrica, que puede entenderse como un congelamiento en la fase de cortejo. Este cortejo se mantiene en un estado de equilibrio, sin resolverse en un sentido o en otro. Este equilibrio persiste porque, de una forma u otra, ambos individuos obtienen ciertas ganancias secundarias de la situación (vale aclarar que, al hablar de "relación", nos referimos a la interacción entre dos seres humanos, no necesariamente a una relación romántica).

En este contexto, la "friendzone" puede describirse como una relación de cortejo para uno (llamémosle la "persona enamorada") y una relación de ganancia secundaria o de amistad para el otro (la "persona no enamorada").



¿Cómo y con que nos enamoramos?

La respuesta, desde luego, es con el cerebro. Tal como escribe Alonso (2013): "El cerebro es la estructura más maravillosa del universo y, también, la más importante para nosotros. En él residen nuestro pasado, nuestra memoria, nuestro presente, nuestra personalidad, ideas y sentimientos, y nuestro futuro, nuestros proyectos, nuestros objetivos, nuestros sueños…". Sí, cuando nos enamoramos, lo hacemos con el cerebro. Esto puede parecer contraintuitivo, ya que en nuestra vida cotidiana "usar el cerebro" suele implicar "razonar" o "pensar fríamente". Nada que ver con las pasiones desbordadas que experimentamos durante el enamoramiento. Pero así es: nos enamoramos usando el cerebro, solo que una parte completamente distinta de la que usamos para razonar.

No son las vísceras (órganos internos) las que empleamos para sentir emociones. A lo largo de nuestra historia como humanidad, hemos atribuido al amor y al enamoramiento una localización visceral, particularmente en el corazón. Sin embargo, esta idea es relativamente reciente, remontándose al siglo XII (Ginel, 2014). Antes de esto, se pensaba que las emociones residían en el hígado. Sí, en el hígado (aún conservamos vestigios de esta creencia cuando decimos "no hagas bilis"). Cuando los traductores más modernos de textos antiguos, como la Biblia, encontraban referencias al hígado en relación con las emociones, lo traducían como "corazón" ("¿Por qué pensamos que las emociones están en el corazón?", 2016).

¿Por qué ocurren este tipo de relaciones asimétricas?
¿Por qué uno se enamora y el otro no?

El enamoramiento ocurre en el cerebro, y, a despecho de los románticos platónicos, es una respuesta neuronal y hormonal, parte de un proceso más amplio destinado a lograr algo crucial para nuestra especie: la reproducción.

Según Mauriera (2009), las fases de la conducta de apareamiento en los humanos son las siguientes:

-          Fase de atracción (o de deseo):

En esta fase surge una necesidad de "gratificación sexual", es decir, el circuito de recompensa exige actividad sexual. Si la persona logra satisfacerlo, dicho circuito genera placer; si no, produce una sensación desagradable asociada con la frustración. Nuestro cerebro primitivo nos controla mediante recompensas y castigos, como hacemos con los animales amaestrados. Sin embargo, el deseo no se dirige hacia cualquier persona de manera indiscriminada.

Primero, solo se siente deseo hacia personas que coinciden con la orientación sexual de la persona, excluyendo de entrada a una gran parte de la población. Luego, ocurre un segundo filtro, que es totalmente inconsciente. Según Tomás (2014), "existe claramente un componente físico que nos impulsa a interesarnos por una persona u otra a la hora de elegir pareja". No se trata de que cumplan con estándares de belleza, sino de algo más profundo e invisible.

Primero están las feromonas, esas sustancias químicas que transmiten mensajes y pueden generar deseo sexual en quien las percibe. Pero las feromonas solo generan deseo, no lo dirigen. Así que, si compraste el último "perfume de feromonas" para atraer a tu "crush" y terminó ligando con otra persona, generaste deseo, pero no lo dirigiste hacia ti.

Hay indicios de que lo que realmente determina hacia quién sentimos deseo son unas proteínas. Y no, no hablamos de las proteínas que consumes en el gimnasio con la esperanza de atraer a tu "prospecto". El deseo tiene como objetivo la reproducción y preservación de la especie, así que nuestros "genes egoístas" (Dawkins, 1993) deben asegurarse de que puedan perpetuarse con éxito. Para detectar si somos compatibles con otra persona, nuestros cinco sentidos no son suficientes; por eso, evolucionamos un mecanismo de detección de compatibilidades en nuestro cerebro: las proteínas de nuestro cuerpo.

En este caso, no cualquier proteína, sino aquellas codificadas por los genes del "complejo mayor de histocompatibilidad" (MHC). Estas proteínas, presentes en todo el cuerpo, sirven para diferenciar "lo propio de lo extraño". El sistema inmunológico, que actúa como el policía del cuerpo, ataca cualquier cosa que entre y pueda enfermarnos (como virus, bacterias o priones). Las proteínas del MHC funcionan como una cartilla de identidad para las células. Si eres una célula y no presentas esta "identificación", el sistema inmune literalmente te destruirá. Por eso, las proteínas del MHC se consideran tu "firma molecular" personal.

Un estudio reciente demostró que sentimos mayor atracción por personas que tienen un MHC diferente al nuestro, y viceversa ("Opposites Attract: How Genetics Influences Humans To Choose Their Mates", 2016). Según el investigador que realizó este estudio, las diferencias en el MHC son fundamentales para la reproducción exitosa, y esta selección subconsciente juega un papel crucial al elegir una pareja y tener hijos sanos.

Si "enamoradizo" se siente atraído por "indiferente" debido a que su MHC es diferente, ¿por qué "indiferente" no siente lo mismo? Quizás los genes de "indiferente" sean más exigentes y no encuentren el MHC de "enamoradizo" lo suficientemente distinto. En cambio, para los genes de "enamoradizo", el MHC de "indiferente" sí es lo suficientemente diferente, lo que explica la atracción unilateral. Así, todo está dispuesto para que "enamoradizo" termine en la friendzone.

-          Fase de enamoramiento:

Mauriera (2009) define esta etapa como "el proceso de atención a una pareja en particular para el apareamiento, sumada a la necesidad de unión sentimental con dicha pareja". Es el siguiente paso después de sentir atracción. Aquí, el cerebro genera una "tormenta perfecta" que fija la motivación en una sola persona, excluyendo a las demás. Idealmente, este proceso es recíproco: ambos cerebros experimentan este proceso neuroquímico al mismo tiempo.

Enamorarse implica un baño de sustancias químicas que activa el circuito de recompensa, generando una sensación de euforia similar a la que provoca el consumo de ciertas drogas. Un estudio (Ortigue, Bianchi-Demicheli, Patel, Frum, & Lewis, 2010) mostró que el amor apasionado activa las "áreas subcorticales relacionadas con la recompensa" y otras redes cerebrales.

Este proceso cambia la percepción de la persona amada, distorsionándola generalmente para bien. Cuando la persona enamorada ve a su objeto de amor, las neuronas que procesan esa imagen desencadenan una cascada de activaciones en el cerebro, generando sensaciones placenteras cada vez que la ve. Esta fase dura entre 3 y 6 meses. Pero ¿por qué "enamoradizo" experimenta este proceso mientras que "indiferente" no? La ciencia aún no tiene una respuesta definitiva. Sin embargo, sabemos que el enamoramiento ocurre en los primeros contactos interpersonales. Si no sucede al principio, difícilmente sucederá después.

-          Fase de apego:

El propósito de esta fase es cuidar a los hijos, compartiendo deberes de crianza y estableciendo una unión sentimental. Aquí, la hormona oxitocina juega un papel clave en la creación de matrimonios estables y felices. Esta fase tiene poca relevancia en la "friendzone", salvo en casos donde una "pareja no enamorada" entra en una relación duradera de "crianza", como en matrimonios por conveniencia o cuando alguien acepta una relación por lástima o beneficio secundario.  

 

¿Por qué se siente tan “bonito” al estar enamorado?

El enamoramiento es una experiencia placentera. Los estudiosos de las adicciones sabemos que, tanto en los humanos como en la mayoría de los animales, el placer es la forma en que el cerebro nos recompensa por hacer algo que beneficia nuestra supervivencia o la de nuestra especie. Así, nuestro cerebro nos recompensa con placer cuando comemos, bebemos agua, dormimos, ganamos dinero (equivalente, en términos evolutivos, a asegurar nuestro alimento a largo plazo), triunfamos, cuidamos a nuestra descendencia, etc. El placer explica muchas conductas innatas en los animales. Un león no ataca a una gacela porque razona que necesita proteínas para sobrevivir; lo hace porque sentirá placer al devorarla. Su cerebro, moldeado por la selección natural, le proporciona esa sensación placentera al comer. La parte del cerebro que se activa cuando el león se alimenta o cuando el ser humano gana dinero es el llamado "circuito de la recompensa" (Las drogas y el cerebro, 2008)

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En un experimento ya clásico, que hoy en día escandalizaría a los defensores de los animales, los científicos James Olds y Peter Milner implantaron un electrodo en el cerebro de una rata, justo en la zona que activa las sensaciones de placer. El animal se encontraba en una jaula con una palanca que podía activar para recibir pequeños pulsos eléctricos en el cerebro. Los resultados fueron sorprendentes. Como lo describe Mauriera (2009): "La rata podía presionar la palanca entre 500 y 5000 veces por hora, y prefería la autoestimulación eléctrica por encima de comer, beber o copular". Este experimento, realizado en 1954, dejó claro que las conductas innatas de los animales están mediadas por el placer. Si se les ofrece una fuente de placer mayor, surge la adicción, pero ese es otro tema.

¿Por qué rayos entonces estoy en la Friendzone?

1. Tus genes no son tan exigentes como los de tu amor imposible:  Es posible que tus genes no sean tan selectivos respecto a qué tan diferente debe ser el "complejo mayor de histocompatibilidad" (MHC) de tu interés romántico. Para ti, la otra persona es suficientemente distinta, lo que generó atracción. Sin embargo, para tu amor imposible, tu MHC no es lo suficientemente diferente, por lo que no siente la misma atracción.

2. Proyección de un ideal: A veces, proyectamos un ideal de pareja sobre la imagen que tenemos de alguien, lo que hace que nuestro cerebro responda como si esa persona realmente fuera nuestra pareja ideal. Nuestro cerebro puede ser un poco "ingenuo" en este sentido. Según Damasio (1996), nuestro cerebro puede reaccionar a lo que imaginamos o recordamos como si estuviera sucediendo en realidad. Así, la cascada de enamoramiento se activa en tu cerebro, pero no en el de la otra persona. Tú sientes placer cada vez que lo/la ves, pero esto no ocurre en su cerebro.

3. La complejidad de la conducta humana: La conducta humana es mucho más compleja que la simple bioquímica cerebral. Aunque hasta ahora hemos abordado el tema desde una perspectiva "biologicista", esto es solo una parte del fenómeno. La Dra. Cruz Martín del Campo (2007) utiliza la metáfora de las hormigas y el elefante para ilustrar cómo un problema grande y complejo puede parecer diferente según el punto de vista desde el que se observe. En esta metáfora, las hormigas, al toparse con un elefante, describen distintas partes de este enorme animal (la oreja, la pata, el lomo), sin darse cuenta de que todas son parte de un mismo todo.

Del mismo modo, lo que hemos discutido hasta ahora es solo un pequeño fragmento del complejo fenómeno del enamoramiento.

En realidad, la conducta humana es mucho más que la bioquímica del cerebro; es, de hecho, un problema hipercomplejo. Todo lo que se ha revisado hasta ahora es solo una parte de este fenómeno, vista desde una perspectiva "biologicista". Es similar a la metáfora de las hormigas y el elefante, que la Dra. Cruz Martín del Campo (2007) utiliza para explicar cómo un problema muy grande (la adicción y su tratamiento) puede ser descrito de manera diferente según el punto de vista desde el que se observe. En resumen, cuenta cómo unas hormigas se toparon con un elefante. Al ser minúsculas en comparación, intentaron describir al animal subiéndose a él y observando desde donde se encontraban: la oreja, la pata, el lomo... Cada descripción era distinta, y parecía que no hablaban de lo mismo. Pero, en realidad, cada hormiga estaba describiendo un pedacito del todo. Hoy hemos visto solo una pequeña parte sobre el enamoramiento.

Entonces ¿Cómo salir de la Frindzone?

Desde este punto de vista, si el enamoramiento no se activó en los primeros encuentros, es poco probable que ocurra en el futuro. La persona enamorada que no es correspondida está siendo reforzada en su enamoramiento cada vez que ve a su interés, pero sufre al no poder completar la función principal del enamoramiento, que es “consumar su amor”. La frustración de un deseo no cumplido genera sensaciones bastante desagradables.

Lo primero es aceptar la realidad. Aceptar que el proceso neurobiológico que te tiene atrapado(a) no ocurrió en el otro, y que, a medida que pase el tiempo, es menos probable que este proceso se active. Parafraseando el primer paso del programa de 12 pasos: "Acepto que soy impotente para hacer que el otro se enamore de mí y que mi vida se ha vuelto ingobernable (por tanto, intentarlo)".

Una vez aceptado esto, queda la pregunta: “¿En serio quieres una relación de amistad con ese amor imposible?” El enamoramiento te ha llevado a idealizar a esa persona, percibiéndola de manera distorsionada y mejor de lo que es en realidad. Alejarse permitirá dejar de reforzar el enamoramiento y preparará tu sistema para iniciar el proceso con alguien que sienta lo mismo. Y no, “un clavo no saca otro clavo”. No vas a olvidar a alguien por tener una relación con otra persona, ni tu amor imposible va a caer a tus pies cuando termine con su pareja actual. Primero, saca un clavo y luego, y solo luego, busca otro.

Y si eres tú quien tiene a alguien en la friendzone, dale espacio si realmente le estimas. Deja que su cerebro se “desintoxique” del enamoramiento. Después, si conviene, podrían construir una relación de amistad, pero no a partir de una distorsión de cómo te ve esa persona….

 

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Addendum: ¿Cuántos tipos de amor existen?

Para los griegos clásicos tres:

Eros: El amor sexual y romántico. Este tipo de amor está asociado con la atracción física y emocional, y suele ser la base de las relaciones románticas apasionadas.

Filios: El amor filial, el que se siente hacia amigos, familiares y personas queridas. Este amor se basa en la amistad y el afecto genuino. Y no, no puedes forzar que este amor se transforme en Eros; acéptalo. De hecho, si no has recibido amor Filios de esa persona, es probable que ni siquiera sienta ese tipo de afecto por ti, y si lo sintiera, ya te hubiera alejado por tu propio bien.

Ágape: El amor incondicional, el amor de Dios. Este tipo de amor es desinteresado y generoso, como el que describe el apóstol Pablo en la Biblia: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (Reina-Valera, 1960, 1 Corintios 13:4-7). Este amor es la esencia de la caridad y la compasión verdaderas.

 

Referencias del articulo:

-          Aguirre Vásconez, E. (2015). Distorsiones cognitivas y su influencia en las relaciones afectivas de pareja en adolescentes. Pontificia Universidad Católica Del Ecuador Sede Ambato. Retrieved from http://repositorio.pucesa.edu.ec/handle/123456789/1173

-          Alonso, J. (2013). La nariz de Charles Darwin y otras historias de la neurociencia. Córdoba: Almuzara.

-          Cruz Martín del Campo, S. (2007). Los efectos de las drogas. México: Trillas.

-          Damasio, A. (1996). El error de Descartes. Barcelona: Crítica.

-          Dawkins, R. (1993). El Gen egoísta. Barcelona: Salvat.

-          Ginel, A. (2014). ¿De dónde proviene el símbolo del corazón? Blogodisea. Retrieved 8 October 2016, from http://www.blogodisea.com/donde-proviene-simbolo-corazon.html

-          Las drogas y el cerebro. (2008). (1st ed.). Retrieved from https://www.drugabuse.gov/sites/default/files/soa_spanish.pdf

-          Mauriera, F. (2009). Amor y adicción: comparación de las características neurales y conductuales. Revista Chilena De Neuropsicología, 4(2), 84-90. Retrieved from http://www.med.ufro.cl/neurociencia/images/02-2009/maureira_vol4_n2_84-90.pdf

-          Opposites Attract: How Genetics Influences Humans To Choose Their Mates. (2016). ScienceDaily. Retrieved 8 October 2016, from http://www.sciencedaily.com/releases/2009/05/090525105435.htm

-          Ortigue, S., Bianchi-Demicheli, F., Patel, N., Frum, C., & Lewis, J. (2010). Neuroimaging of Love: fMRI Meta-Analysis Evidence toward New Perspectives in Sexual Medicine. The Journal of Sexual Medicine, 7(11), 3541-3552. http://dx.doi.org/10.1111/j.1743-6109.2010.01999.x

-          Reina, C., & Valera, C. (1960). La Santa Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento. Asunción: Sociedades Bíblicas en América Latina.

-          Tomas, U. (2014). ¿Por qué y cómo elegimos a nuestra pareja? Elpsicoasesor.com. Retrieved 8 October 2016, from http://elpsicoasesor.com/por-que-y-como-elegimos-nuestra-pareja/

-          Trueba Atienza, C. (2009). La teoría aristotélica de las emociones. Signos Filosóficos, 11(22), 147-170. Retrieved from http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-13242009000200007

-          ¿Por qué pensamos que las emociones están en el corazón?. (2016). Tuspreguntas.misrespuestas.com. Retrieved 8 October 2016, from http://tuspreguntas.misrespuestas.com/preg.php?idPregunta=5772

 

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