Resumen por capitulos de Siddartha de Herman Hesse

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Resumen de Siddartha, la Novela de Herman Hesse

Siddharta, era un “agraciado hijo” de un Brahmán (sacerdote, miembro de la mas alta casta de la India) cuyo viaje, ejemplo del arquetipo del viaje del héroe, es relatado durante esta novela. El lenguaje es poético y descriptivo, hablando en tercera persona de las aventuras y desventuras del protagonista.

 

Un Brahaman

Un sumo sacerdote brahmán en procesión (Tomado de Wikimedia Commons)

 

Inicio del viaje

Siddharta no es feliz en su privilegiada posición, aunque el si es la alegría de su padre y era querido y estimado por todos. En particular por su amigo Govinda, adicto al hijo del Brahmán, que era “el que mas lo amaba”. La razón de esta infelicidad es que ya había adquirido la mayor parte de la sabiduría y en ese momento se imaginaba que existía otro camino, que nadie le estaba enseñando. Meditaba y quería llegar por ese medio a la divinidad, se ensimismaba demasiado en ello. Descontento reflexionaba y no se conformaba.

Al pasar por ese lugar unos Samanas (ascetas peregrinos) Siddharta toma la decisión de unirse a ellos lo cual comunica con firme resolución a su amigo Govinda. Al comunicárselo a su padre, este enfurecido pero contenido le indica que no “vuelva a pasar por su boca ese deseo otra vez”. El hijo no se atrevió a desobedecer a su padre pero se quedo inmóvil por horas hasta que su padre accedió. Govinda se le unio.

 

Dandi Sanyasi, un asceta hindú, en el este de Bengala en la década de 1860s

Un asceta hindú, en el este de Bengala en la década de 1860s
(Tomado de Wikimedia Commons)

 

Con los Samanas

Como inicio de su estadía con estos ascetas (personajes que buscan purificar el espíritu negándose los placeres materiales, al máximo) entrego su túnica a un pobre y vistió desde entonces taparrabo, comiendo una vez al día alimentos crudos para después ayunar por 15 y 28 dias. Empezó a despreciar la vida y sus deseos. Quería despojarse de ellos, inclusive de si mismo, morir a si mismo y entonces aparecería el “gran secreto”.  Para ello se entrenaba en la despersonalización, en alejarse del “yo”. Govinda seguía a su lado, acompañándolo y pasando por los mismos ejercicios. Pero no era suficiente, no otra vez. Siddharta reflexionaba, concluyendo que todo lo hecho no es sino un forma de “huir del yo” , y eso ¿no lo hace el alcohol? (aguardiente). Y es tan breve para el borracho como para Siddharta, una “breve narcosis”. Tras años de de esfuerzo, el samana mas viejo, no ha alcanzado el Nirvana, asi que ser Samana no es el camino para llegar al “camino de los caminos”.  Por ello cuando llego a sus oídos la historia sobre Gotama (el buda), cargada de leyenda y esperanza, decidió ir en su búsqueda.

 

Silueta

Foto Pixabay.com

 

Gotama

Buscandolo, los jóvenes acudieron a Savathi, donde vivía el buda, quien pedia limosnas para comer junto con los monjes que le seguían. La apariencia del santo impresiono al joven quien vio en cada parte de el verdad. Escucharon la doctrina sobre el origen del dolor y el camino para reducir ese dolor. Govinda se volvió adepto de ese sabio, se unio a el, Siddharta no. Porque escucho la doctrina y al meditar en ella hallo una falta, una incoherencia. Al hacérselo saber al buda, este le explico que su doctrina tiene el objetivo de que los sufrimientos sean redimidos, no la de “explicar al mundo a los que tienen afán de saber” . El muchacho contesto que no es atravez de una doctrina que el buda llego a encontrar el secreto, “la redención de la muerte”, el negarse a si mismo, ya que no es atravez de una doctrina que se llega a ello, según Siddharta. Y Siddharta no quería vivir imitando al buda, quería su propio camino. Pero este le dijo “Guárdate de una inteligencia demasiado grande” .

 

Despertar

Siddharta había dejado de ser joven, era ahora un hombre. Ya no tenia mas deseos de tener profesores. Ni de buscar acabar con el “yo” pues al hacerlo estaba escondiéndose de si mismo. Asi que decidió aprender de si mismo, ser fiel a si mismo. Decido no ser asceta, ni sacerdote, ni brahmán, sino solo Siddharta. El problema es que Siddharta estaba solo, no tenia la casa paterna, pues no seria sacerdote, ni monje budista, ni podía seguir siendo asceta. Experimento frio y desaliento.

 

 

Utka_Nayika._A_lady_awaits_her_lover_in_the_forest._1775-1780._Kangra, _British_Museum, _London

Utka Nayika- Una dama espera a su amante en el bosque - 1775-1780. Kangra, Museo Británico, Londres (Tomado de Wikimedia Commons)

 

Kamala

Siddharta volvió a sentir, ver, oler, oir , percibir el mundo, no lo despreciaba ya, lo tomaba, lo vivía. Ahí conoció al barquero, a quien no pudo pagar por pasar el rio, pero este le dijo “igual que el rio, todo vuelve, quizá tu vuelvas”.  Tras ello conocio a una mujer, quien tras poco de conocerle le invito al “placer sensual” , a lo que este estuvo a punto de acceder, pero su voz interior le dijo “no”. Al entrar a la ciudad se topo con Kamala, la cortesana en su litera de mano, atendida por criados y sirvientes. Y le pidió a ella que le enseñara el arte que ella dominaba. Para ello, claro esta, este debia traer dinero y regalos a la cortesana. El conseguirlos se le antojaba a Siddharta mas fácil que todo lo que había conseguido espiritualmente en su vida anterior. El hecho de saber leer y escribir le abrió las puertas para obtener un puesto con un comerciante y volverse el mismo comerciante.

 

UN RETRATO DEL NAWAB DE OUDH, ASAF-UD-DAULA, LUCKNOW, INDIA, CIRCA 1785-9

UN RETRATO DEL NAWAB DE OUDH, ASAF-UD-DAULA, LUCKNOW, INDIA, CERCA 1785-9
(Tomado de Wikimedia Commons)

 

Con los humanos

En una curiosa entrevista con el rico comerciante, donde ayudo que supiera leer y escribir, pero además su ingenio y la capacidad de venderse, se hizo socio de este, aprendiendo y viendo su oficio. Lo hizo participe en sus negocios lo cual le dio a Siddharta lo necesario para pagar las lecciones Kamala. Que eran con quien encontraba sentido a su vida, siendo su empleo con el comerciante el medio para un fin. En un viaje donde se malogro un negocio, hizo una suerte de turismo, estando ahí unos días. En su vida como comerciante no olvido lo aprendido como samana, no afandose, ni diferenciando en su trato a las personas. Pero todo esto era como un juego para el, no era la verdadera vida.


Sansara

Aunque había probado los placeres, el dinero y el mundo, en el fondo Siddharta seguía siendo un samana, veía la vida con esos ojos, actuaba de acuerdo a ello. Seguia pensando, esperando, ayunando.  No se entregaba realmente a los placeres, tampoco estaba siguiendo su propia voz interior. Estaba acomodado en el tibio bienestar de la mediana. Había logrado dinero e influencia. Y todo lo aprendido empezaba a ser olvidado. Y poco a poco empezó a pensar y actuar como los demás humanos, a tener sus propios temores. Pero no podía acceder a la pasión de sus necedades infantiles. Empezó a perder su serenidad, a tener mal humor desidia, dureza de corazón. Finalmente la codicia se había apoderado de Siddharta. Ya no era un juego sino una carga. Y fue mediante el juego de los dados que llego a tal estado. Y es que le gustaba la sensación de miedo y angustia que sentía en los dados.

Dados madera

Foto Pixabay.com

 

Se apasionaba por el dinero y ahora era mas severo, mas pedante, necesitaba mas dinero para seguir jugando. Asi llego a los 40 años. Se presento entonces el miedo al otoño, a la muerte.  Y en sus excesos sinto asco. Nauseas. Tomo conciencia de su propio vacio e hizo un recuento de su vida. Se dio cuenta de que el juego de los placeres había terminado para el. Asi decidió abandonar todo y  todos. Abandono al Sansara.

También abandono a Kamala la cortesana, quien tras ello cerro su casa y no recibió a nadie mas. Y había quedado embarazada de Siddharta.


Junto al Rio

Alejándose de la ciudad quería olvidar, quería que algo le matara, que parara ese asco por si mismo. A punto del suicidio, la antigua espiritualidad le salvo, trayéndole el recuerdo de su vida anterior y despertó su adormecida espiritualidad. Entonces vio a su viejo amigo Govinda. Pero este no le reconoció al principio. Siddharta reflexiona con su amigo sobre como cambian las formas y los papeles de cada uno. Al ver al amigo se dio cuenta de que en realidad no había podido amar a nada y a nadie en su pasado. Siguió reflexionando, encontrando otra buena razón para seguir. Pues se dio cuenta que a fuerza de alimentarle hasta la saciedad había muerto por fin su yo pequeño y temeroso. Porque de “soberbia espiritual” estaban llenos su primeras etapas, de samana y de hijo de brahmán, y solo al matar al perfecto samana mediante el mundo pudo acabar también con esa soberbia espiritual.

Casa junto al Rio

Foto Pixabay.com

 

El barquero

Regreso Siddharta con el barquero, ese que le paso el rio cuando iba a su vida sensual e infantil. Y pidió quedarse con el, como su aprendiz. Este hombre, Vasuveda, tenia una virtud en particular, el saber escuchar. El hombre estaba convencido de que el rio había hablado a Siddharta. Y en efecto, el rio le instruía y enseñaba. Asi pasaban los meses y los años de estos dos hombres, que iban envejeciendo.  Un dia se puso en camino Kamala para ir a ver al moribundo buda. Una serpiente la mordio y murió junto a Siddharta.


 

El hijo

El hijo de Siddharta era orgulloso y terco, no respetaba ni trabajaba, pues había sido criado entre algodones. Y es que aquello que había revelado el tiempo al viejo Siddharta no era algo que el joven Siddharta podría entender, asi de joven y de mimado. Debía estar con otros como el  y debia seguir su propio camino. He aquí que el viejo quería ahorrarle el sufrimiento al hijo, pero no puede ser asi, cada uno va encontrando su camino y en su camino va conociendo y creciendo. No se puede evitar que cada quien aprenda por las malas el resultado de sus acciones.  Ahí empezo a amar, realmente a sufrir por otro, por su hijo. Quien era por lo demás un pequeño tirano. Hasta que estallo contra su padre y se fugo.


Om

Tras la ultima herida, la perdida del hijo, empezó a vislumbrar la verdad de la meta. Pero aun sentía la amargura y el dolor del hijo. Entendió entonces el dolor de su padre cuando de joven este le abandono para irse con los ascetas. Pudo hablar de ello con su amigo barquero, realmente pudo hacerlo. Y finalmente, pudo dejar de luchar contra el destino y dejo de sufrir. Y ese dia, que se ilumino Siddharta, se fue a los bosque Vasuveda.


Govinda.

Una vez mas Govinda escucho hablar de un barquero sabio y he aquí que decidió ir a conocerle. Otra vez no reconoció a Siddharta. Al hablar con el, le pregunto si tenia alguna doctrina o algo parecido. La respuesta fue “La sabiduría no es comunicable”. El saber se puede comunicar, la sabiduría no, se debe vivir.  Y siguió exponiendo lo que ha ido encontrando en su camino, en su vida. Hasta que pudo hacerle ver lo mismo, en un momento al monje.

 


 Rio en Otoño

Foto Pixabay.com

 


Comentario Final:

Este es un libro filosofico orientado hacia la busqueda de la sibiduria; el colorario es "la sabiduria no se puede enseñar, se debe vivir" es central. El contexto filosofico es una concepcion oriental de la espiritualidad; no tocando en ningun momento la posibilidad de un Dios personal y real. Al descartar esta posibilidad, podemos decir que el viaje del heroe presentando en esta novela esta incompleto. Herman Hesse criticaba a la religion establecida en instituciones, lo cual se observa en este relato. Con todo el heroe no exploro la busqueda de un Dios real, personal e intimo. Un Analisis mas exhaustivo AQUI: Sidartha vista desde el Cristianismo